El acto de hablar ha permitido a lo largo de la historia de la humanidad, crear los meca- nismos por los cuales cooperan, y forman tegerse entre ellos. al pueblo que se caracteriza por po- principalmente oral. Esto, del salvaje incivilizado por como sostenían las cien- occidental durante los si- Mapuche un perfeccionamiento de del rakizuam Mapuche (pensamien- los pueblos viven, sociedades para pro- Esto no es ajeno Mapuche, seer y ser una cultura lejos de ser un símbolo no tener escritura propia, cias sociales y la sociedad glos XIX y XX, permitió al su discurso que revela la complejidad to). Tal característica destacó y dejó huella en los documentos españoles y chilenos desde el siglo XVI en adelante. En definitiva, el valor que poseía el hablar y expresar un pensamiento era fundamental dentro de la cultura Mapuche. Crónicas españolas mencionan la duración de muchos koyang o parla- mentos, duración que estaba dado por el respeto al escuchar a quienes hablaban. Todos, pu longko, tenían el derecho a expresar su pensamiento, no importando la duración del discur- so, y el respeto que conllevaba esta práctica se reflejaba en atentos silencios respetados. La importancia y el respeto de la palabra es por lo tanto primordial para entender al pue- blo Mapuche.
Hay diferentes tipos de discurso que permiten presentar ideas, pensamientos hace lo lo como y enseñanzas. Tipos de discurso que generación. Maria Catrileo en 1992 y a las escuelas de lingüística, 6 ti- vez dan paso a múltiples relatos presentados en sados en castellano por (los hermanos y herma- los tipos de discurso Mapu- nexo entre el pensamiento También muestran diferenexpresar los sentimientos que ca- se han traspasado de generación en , identifica y presenta a la academia pos de discurso Mapuche, que a su formas discursivas. Los este libro ilustrado, expre- pu peñi ka pu lamngnen nas), tienen su símil en che, generando así un Mapuche y el occidental. tes miradas, diferentes formas de racterizan al Mapuche urbano. 9 tes, yo le dije: yo sé escuchaba antes Aquel que tuvo que emigrar desde su tierra, alejarse de su tuwun (procedencia territorial o Lof) y kupalme (Procedencia Familiar). Ya sean de primera, segunda o tercera gene- ración, una cosa los une, el deseo de rescatar su cultura, lengua y cosmovisión acá en la ciudad. Estos relatos muestran esos discursos, algunos retratan la importancia de la procedencia del tuwun y el kupalme, otros en forma de nutram (consejo o relato) hablan acerca de la importancia del rescate del mapuzugun y su aprendizaje por las nuevas ge- neraciones. Pasamos también a los relatos traídos desde el piam, lo que dice la gente. El Saber trasmitido de boca en boca. Tal es el dinamismo del habla Mapuche. Sin embar- go no todo ha permanecido, se ha perdido mucho por la no enseñanza del mapuzugun en el la asociación Koñintu Lafken Mapu): “Escuchaba ese pentukun , aquí ya currículum escolar. Como menciona Maria Flores Quilapan (Presidenta de no existe. Ya se perdió el pentukun. acá la machi de los Án- pentukun. (…) yo ya no ferentes tiempos, pero ella Las familias más antiguas lo hacen, geles hace eso, hace el estoy acostumbrada, di- (machi de Los Ángeles) tan igual hacían an- un poco no más, el pentukun pero no alcance a hacer eso, llegue a la ciudad” dice el historiador Juan Carlos Painequeo.
Este ensayo se inserta en una pregunta amplia: ¿cuáles son las implicancias de las concepciones del espacio-tiempo en y de los pueblos originarios? Esta pregunta no escapa al bicondicional que se produce en la modulación constante con las culturas hegemónicas, ni con las relaciones que se dan entre pueblos originarios y afrodescendientes, sino que intenta concentrarse en sociedades específicas para poder establecer mayores vínculos. En este caso, ¿qué es el Wallmapu? Las transformaciones en las concepciones de espacio-tiempo se han dado, siguiendo el trasfondo epistemológico de la sociedad que las sostiene y de las modulaciones constantes con su entorno. Al estudiar las concepciones espacio-tiempo en Occidente, podemos notar la gran complejidad que encierran estos conceptos a partir de las diferentes disciplinas (filosofía, ciencia, historia, literatura, entre otras); sabemos que su actual sentido es un producto de larga data y que dichas categorías son las condiciones de posibilidad para la comprensión del mundo. Rolando García ha mostrado cómo las diferentes concepciones epistemológicas diferencian la construcción del conocimiento en Occidente y Oriente (García 2000; Castorina y García 2002) y las implicancias que tienen para los contextos cotidianos. Poco, no obstante, hemos comprendido de los pueblos originarios, respecto a los cuales nos separan prejuicios y el desconocimiento de la lengua.
Acercarse a la comprensión del Wallmapu sin pertenecer a algún grupo Mapuche, sólo se puede hacer a partir del respeto por una inquietud genuina de que en la búsqueda por su comprensión se pueda encontrar la propia, aun cuando la distancia geográfica nos convenza de lo contrario.
Así, comprender los procesos de otros pueblos como el maya, quechua, nahua, o mixe (incluso asiáticos, o de otros pueblos originarios africanos) nos puede abrir un panorama hacia otros modos de existencia, resolución de conflictos y comprensión del mundo. El Wallmapu es el nombre del país Mapuche, pero reducir su concepción al ámbito sociopolítico traiciona la dimensión epistemológica que subyace de fondo. Por ello, el propósito de este trabajo es revisar el concepto a la luz de una perspectiva más amplia donde, como una de las configuraciones del espacio-tiempo, el Wallmapu se manifiesta a través de una lucha que impacta en las esferas sociopolíticas.
El Wall-mapu es una concepción espacio-temporal específica, ligada a la territorialidad física y el devenir histórico, dos formas anudadas en la sabiduría Mapuche. Para la siguiente reflexión fue necesario recurrir a diferentes enfoques: la filosofía, historia, antropología y lingüística. Aun así, con ello solo se logró dar cuenta medianamente de la hondura del tema. Esta exposición se desarrolla como una búsqueda genealógica de la concepción del Wall-mapu, a través de cuatro breves apartados: primero, su concepción originaria; segundo, la reconstrucción a partir de las reterritorializaciones de los siglos XVI al XIX; tercero, una reflexión del concepto de “país”, para finalmente indagar sobre la idea de “nación”.